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XIV.- No te chivarás... Si no es en letra impresa
Sangraba tranquilamente por la espalda, mientras sentía un dolor sordo que no manifestaba.
La mirada franca y cansada.
Sujetaba la daga con jefe de gules.
- ¿Y ahora porqué?
La vida encogió el cuello, ladeó la cabeza, y alzó las palmas, sonriendo oblicuamente como un mercader de alfombras.
- Me aburría...
Se acercó, mojó los labios en la herida y sujetándola por la nuca, dibujó blandamente sobre la piel...
- Esta eres tú.
Podemos elegir atarnos a voluntad.
El problema reside en elegir bien...
3 comentarios:
La historia de nuestras vidas...
Qué bien nos lo sabemos... ;)
Ya no se qué hacer para que no se me quede ese pedazo de espacio ahí arriba. Es una mierda. He editado la entrada chorrocientas veces y no me hace puto caso...
Perdonad ¬¬
(Y antes no salía!)
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