XXXVI.- ¿Quién está ahí?


Ven a por mí.

Marino de puertos vacíos.
Que hacen eco
en el silencio amarillo del Sahara eterno.

Alzas la mano hacia el fuego del ocaso.
Y sólo tocas la suave arena.
Que se te escapa del puño cerrado.

Inerte al sol del invierno.
Derramas tiempo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

me pregunto por qué el tiempo siempre se termina por derramar...

¿no hacen recipientes especiales para eso?

Athos dijo...

Se llaman clepsidras...
Curiosamente, he tenido una conversación hace poco con Agustín sobre ellas...

Anónimo dijo...

Pero las clepsidras no lo retienen lo suficiente, lo derraman anyway... gota a gota...

Athos dijo...

Mete
El
Dedo.
Y verás como no se escapa ná.

Anónimo dijo...

De seguro que si hago eso saldrá un torrente de tiempo tan grande que me muero de vieja en el acto...